Eternidad / E. Ochoa
De Enriqueta Ochoa
La eternidad mece, ondula,
abre de par en par su túnica de viento;
en el espacio de su seno esplende
una constelación de luz acumulada.
El Padre la detiene. Un instante
mete su mano turbulenta hasta la entraña
y la abre sobre la piel del mundo.
Un alud de semillas caen, parpadeando.
Se fecunda la tierra. Cada segundo se fecunda.
El hombre entra a la prisión de su cuerpo
doblada la cerviz
y vuelve a tirar de sí, uncido al yugo de la vida,
hasta que aspira el Padre
y volvemos al seno de la Madre.
abre de par en par su túnica de viento;
en el espacio de su seno esplende
una constelación de luz acumulada.
El Padre la detiene. Un instante
mete su mano turbulenta hasta la entraña
y la abre sobre la piel del mundo.
Un alud de semillas caen, parpadeando.
Se fecunda la tierra. Cada segundo se fecunda.
El hombre entra a la prisión de su cuerpo
doblada la cerviz
y vuelve a tirar de sí, uncido al yugo de la vida,
hasta que aspira el Padre
y volvemos al seno de la Madre.
*
Hoy falleció Enriqueta Ochoa. Tarde, como siempre, El Pájaro le extiende un homenaje pequeñito recordándola. / Creo que la imagen pertenece al INBA, y debe ser del pasado mayo, en su cumpleaños 80.
Enriqueta Ochoa (Torreón, México, 1928 - Ciudad de México, 2008)
2 Comments:
Cuando un poeta muere, se apaga una luz. Abrazos.
Blanca o negra pero luz.
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