Bacantes (fragmento) / E. Cross
De Elsa Cross
VII
Éramos heridas abiertas.
La sensación se trastornaba.
Tu voz inventaba registros en mi oído.
Tus almizcles me embriagaban más que el vino.
Nos hería el placer.
Inagotables,
ebrios,
nuestros cuerpos, la ofrenda,
como frutas que dejan las mujeres
en las playas del sur y el mar se lleva.
Nos perdíamos del mundo.
Dibujabamos barcas en el aire
y nos íbamos en ellas.
Toda la noche caían para nosotros
dones del cielo,
la lluvia sobre los árboles,
y esas gotas brotando del pecho,
ah, nuestro soma—
¿dónde terminaban los cuerpos?
¿cuál cuerpo era de quién?
Yo sentía desde tu hombro mi caricia.
Tus pensamientos pasaban por mi mente,
y donde los deseos se juntaban
salían del aire aves de fuego.
Yo fluía dentro de ti.
¿Y tú quién eras?
Sólo un banco de abejas,
agua brillando como joyas.
Olas de sensaciones nos turbaban,
nos devolvían a la orilla.
Tanta vista del mar dejar atrás,
tantos bosques,
tanto de tu cuerpo.
Tender un velo en llamas sobre las formas—
que perdíamos al mirarnos un instante de más,
al debatirse tu muslo,
intempestivo.
Así morían los peces en las redes.
*
No hay amaneramientos literarios en Cross, el sentimiento produce una imagen y la imagen un sentimiento, y la sucesión es, por fortuna, interminable y, hasta cierto punto, abismal. (Luis Cortés)
Elsa Cross (Ciudad de México, México, 1946)
5 Comments:
Una delicada invitación a recorrer esos muslos intempestivos. Abrazos.
Me gusta, me gusta mucho, aunque mi momento sea otro, las ansias, esos, los voy dejando atrás...
Un gran saludo, don FER.
No, las ansias no se dejan atrás MADRE, y más vale que así no sea :)
Estupendo poema de Elsa Cross que agradezco leer en este espacio tuyo
Saludos...
;)
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