Para que tú me oigas / P. Neruda
De Pablo Neruda
Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
Y las miro lejanas mis palabras.
Más que son mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas estás huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú me oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
Y las miro lejanas mis palabras.
Más que son mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas estás huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú me oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.
De 20 poemas de amor y una canción desesperada (1924)
Se piensa que Pablo Neruda adoptó ese nombre en honor al escritor checo Jan Neruda. Incluso Neftalí Reyes (su verdadero nombre) dejó correr la creencia. Pero una investigación de Enrique Robertson, escrita hace cosa de 5 años (o 10, ya no recuerdo), señala que el apellido surge de Wilma Neruda, violinista austriaca mencionada en Estudio en escarlata de Sir Arthur Conan Doyle. Robertson apunta en El enigma inaugural que el chileno fue un gran admirador de Doyle y de la música de concierto. El nombre de Pablo, por su parte, habría de originarse de La liga de los pelirrojos, en donde Sherlock Holmes hace referencia al compositor Pablo de Sarasate, que en 1878 dedicó una partitura a la austriaca. En 1920, en Chile, habría llegado esa partitura a manos de un joven Neftalí Reyes, surgiendo entonces el nacimiento del poeta. / Vayan al estudio de Robertson, mucho más ameno que este aburrido compreso.
Pablo Neruda (Parral, Chile, 1904 - Santiago, Chile, 1974)
4 Comments:
El señor de las palabras!!! Abrazos.
;)
Neruda es como alguien mío desde que tomé aquél epígrafe.
En su voz escuche a tu padre decir:
Quiero hacer contigo,
lo que la primavera hace con los cerezos.
Pero claro que me acuerdo del epígrafe :)
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