La mano / L. Benítez
Esta mano que tiendo
y que te aguarda
es otro vano prodigio,
otro milagro inútil
de la serie infinita
que nos rodea en silencio.
En la mañana que ha dejado
atrás las dos vigilias,
la del insomnio y la del sueño,
que también es posible,
la contemplo a veces con ese solo asombro
que reservamos para lo extraño.
Ha viajado conmigo toda la noche.
Quizá, no lo recuerdo, ha palpado
cosas que no tienen forma.
A su tacto se han abierto
puertas y se han opuesto muros
que tal vez no existen.
Ha temblado de frío o ha sudado
bajo climas que no cambian. Posiblemente
ha sido cortada, como en una noche
de 1676, y permanece intacta.
Ha de viajar conmigo por todo el día.
Es mi remedo: hará girar cerraduras,
tocará lo que ha sido tocado y tocarán los otros.
Todo es un infinito pasamanos.
Aceptará la alevosa amistad e intentará
disuadir las amenazas, que no son otra cosa
que equívocos de amor entre los hombres.
Y no desdeño que las horas de luz
la obliguen a papeles menores:
encender un cigarrillo o dejar
la humillación de la limosna
son parte del misterio donde actúa la mano.
Como yo, mi mano es algo que está
en el mundo para aceptarlo todo.
Ahora, que en la tarde,
cuando contemplo lo que escribe
estas voces sin el honor de algunas precisiones,
oscuramente comprendo
jirones de su metáfora. Como un libro sagrado,
celosamente guardado por el enigma de su lengua,
se ha desgajado otra día
por el paso de la mano.
*
La sobriedad lexical y el vuelo impío de sus indagaciones (las de Benítez, of course) no nos hablan de un poeta oscuro, sino más bien de un creador de silencios que cantan los destellos del universo y el resplandor del vacío. / Alejandro Elissagaray.
Luis Benítez (Buenos Aires, 1956)
4 Comments:
hermoso, tristán!
y hermoso también Luis en esa fotografía!
Te envío una gracia.
Una descripción perfectamente poética de la mano, hacedora de bendiciones y muertes. Abrazos.
paseando por estos lugares uno conoce cosas nuevas
un saludo
No hay por qué agradecer, MARIETTA ;) Saludos.
-
Peco que ver, pero algo escribí una vez de las manos, don FER. Ahí le va:
"Las manos"
Las manos celebran su condición de vuelo.
Arrastran el cuerpo a todas partes.
Son las manos la libertad del hombre,
los dardos al blanco,
la silla,
el sostén de los naipes sobre la mesa.
Lo último son las manos.
Apenas mueren se acuestan litúrgicamente
sobre sus muertos.
-
Saludos, IVÁN ;)
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