La Libertad / O. Pimienta
De Omar Pimienta
Esperamos nuestro análisis etnográfico: especie al margen.
Del otro lado, nace un sobrino más con ciudadanía, seguro social
y foto 3D de ultrasonido.
De este lado, el arribo de un camión donde viene dormido el primo más valiente
con panelas, mezcal, noticias de alguna muerte y fotos de sus niños.
Leemos una revista de modas o miramos una tele que pende del techo,
como si esperar no significara nada.
En la cuarta pared del teatro se recarga el hombre que espera el cruce,
los perros mean la sombra del muro, del lado libre.
La Libertad se delinea con un muro metálico donde secan ropa mis vecinas.
No siempre fue así, antes la delineaba un alambre.
Los viejos que se quedaron de este lado sabían que La Libertad era primero,
que empezaba ahí:
a la mitad de un cerro
mirando hacia el Pacífico
y lo que alguna vez fue la ciudad entera.
Aquí la gente se asentó donde pudo;
sus hijos emigraron a trabajar primero y a vivir por último.
La Libertad es una premonición, una señora con maletas,
un exconvicto petrificado en su primer paso libre.
Un exiliado con nombre falso.
En esta ciudad de paso hay un lugar para quedarse.
Del otro lado, nace un sobrino más con ciudadanía, seguro social
y foto 3D de ultrasonido.
De este lado, el arribo de un camión donde viene dormido el primo más valiente
con panelas, mezcal, noticias de alguna muerte y fotos de sus niños.
Leemos una revista de modas o miramos una tele que pende del techo,
como si esperar no significara nada.
En la cuarta pared del teatro se recarga el hombre que espera el cruce,
los perros mean la sombra del muro, del lado libre.
La Libertad se delinea con un muro metálico donde secan ropa mis vecinas.
No siempre fue así, antes la delineaba un alambre.
Los viejos que se quedaron de este lado sabían que La Libertad era primero,
que empezaba ahí:
a la mitad de un cerro
mirando hacia el Pacífico
y lo que alguna vez fue la ciudad entera.
Aquí la gente se asentó donde pudo;
sus hijos emigraron a trabajar primero y a vivir por último.
La Libertad es una premonición, una señora con maletas,
un exconvicto petrificado en su primer paso libre.
Un exiliado con nombre falso.
En esta ciudad de paso hay un lugar para quedarse.
De La Libertad
Nací en Tijuana, México, cruzando a diario la frontera, acostumbrado a abrir la cajuela del carro para el migra (us) en busca de mota, y acostumbrado a abrir la cajuela del carro al vista (mex) en busca de teles. (...) Me considero artista instalador y escritor, pero la demás gente aún no me cree. Expuse mi primera pieza en el 99 en un colectivo, y así sigo de colectivo en colectivo. Actualmente trabajo más en textos varios, como los tacos de las calles de Tijuana: dos de poesía por acá porfa; dos de narrativa para la cruda; deme otro de ensayo para la escuela. Y así sigue la cosa, escribiendo, creando y creyendo que construyo algún oficio. / OP
Omar Pimienta (Tijuana, México, 1978)
8 Comments:
Una triste, pero acertada definción de la libertad. Abrazos.
estupendo blog
Buenísimo el hallazgo de este tijuanense. No deja de maravillarme la mirada de los artista de allá, de esa bisagra que es crisol. Queremos más.
A veces las miradas se llenan de tristeza ante la realidad de la libertad. De todos modos, siempre es preferible su realidad a no tenerla.
Abrazos
Buenas palabras
DON FER: Cualquier definición, si nos viene de la libertad, es acertada, aunque ésta pueda ser triste.
No, pus muchas gracias, mr. TIZANO.
Sí, pues, querida LOQ. Vivir en los límites, es ver distintos, supongo. Aunque me refiero a los límites, esos límites limítes que trae vivir en los límites.
Eso mismo digo yo, amiga LAURA. Un abrazo ;)
Maese KARTAK, maese KARTAK, maese KARTAK. Un abrazo bien dado, pa usted.
Hola me llamo jesus tengo 16 años y soy de la paz baja california sur me encontre con este blog en busca de poesia y me gusta es un rincon para un incomprendido como yo cuando estoy triste siento la necesidad de escrivir cosas aunque no se como debe ser un poeta yo escribo solo las cosas que siento y las que pienso No se si ser poeta es dejar marca en el papel de sentimientos incesantes:Saludosjesus_hallo@hotmail.com
Mi buen Jesús.
Creo que siempre hay un momento en que se piensa aquello del incomprendido, pero fíjate que nel, que no es así y en esta vida todo encaja.
Sobre escribir poesía, he de decir que ni te agobies, porque no hay vías ni instrucciones para eso, o las hay si la instrucción está en la apreciación, en las lecturas y esas cosas, pero las percepciones siempre son distintas y habrá que hacerles poco caso, o más bien el caso conveniente, y este asunto de lo conveniente sólo es cosa de observar, de atender la forma en que caminas y te acuestas, de cómo escuchas el silencio, de cómo traduces lo qué dicen las cosas, pero, sobre todo, de cómo traduces lo que nunca dicen.
Te envío un abrazo y una recomendación: No me hagas caso.
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