Había en el patio un limonero / R. Olvera
De Raquel Olvera
Había en el patio un limonero.
Oscurecían los moscos, la llama del quinqué.
Hacía calor y tedio.
Abandonado el niño al vaivén de la hamaca,
escuchó los pasos, la risa de Camila:
―cierra los ojos―
Traía entre sus dedos un limón partido
―abre la boca―.
De Concierto para cinco sentidos (2001)
Raquel Olvera, toro hembra que enviste las tinieblas, enviste la poesía desnudándola. No sé cómo la desnuda. Quiero decir que no entiendo en qué momento, cómo diablos, cómo le hace. El caso que hoy no sólo la desnuda, sino que se acuesta y se revuelca con ella. De niña, puedo imaginarla desnudándola. Quiero decir que aprendiendo a desnudarla. Y no sé, pero igual puedo decir que aprendió con un limón, precisamente en esta imagen, exprimiéndolo hasta lograr la esencia, el grito, la entraña. No sé cómo diablos, pero igual y el limón partido tiene culpa.
Raquel Olvera (Chignahuapan, México, 1966)
posted by Tristán at 12:12 a.m.
11 Comments:
Ay mi Oscar, me doy cuenta que estoy más verde que un limón, y a estas alturas ya no madurare nunca, me cortaron antes de tiempo de la rama ¡se me escapan tantos matices al analizar poemas! otra vez mi vieja queja sale a relucir, ¿por qué me negaron la oportunidad, por qué? ¿por qué? bueno al menos sé que tu no le harías eso a una hija. Besos a tí y a nuestra maravillosa Raquel
Y quién dice semejante burrada. Cuál verde? Cómo que a estas alturas ya no se madura? Ja. Preguntémosle al oxígeno, a ver si es cierto que no maduramos. Besos.
Por cierto, mañana se festeja, junto con María Luisa, a la srita. Olvera. No se te olvide echarle el fon ;)
Lety es como la lima, de sabor leve y duradero; verde pero no verde :D
Lety era la niña que escuchaba a otra niña diciéndole: "No dejes de escribir". Esa otra niña es Raquel Olvera. La que estaba meciéndose en la hamaca, la que cerró los ojos y abrió la boca. Mi maestra.
A las dos bellezas que se complementan, Maria Luisa y Raquel, les dejo aquí un abrazo del tamaño del camino que trae a Oaxaca, a ver si así llegan. Besos y más besos
Tristán:
Desnudar a la poesía no se puede. Es la poesía la que lo deja desnudo a uno. O la que te impulsa a desnudarlo todo.
Y sí, de niña el único cinturonazo que recibí de mi tio Manuel, fue por dibujar desnudos a un hombre y a una mujer, uno frente al otro. Sólo se estaban mirando, fijamente a los ojos.
Más grandecita, la censura hizo su parte y tuve que dejar pueblita de los ángeles por lo mismo. Por dibujar desnudos y vuelvo a reincidir.
Pero es que el desnudo es tan sincero... y es tan dificil vivir de otra manera!
Lety y loqueserá, gracias por sus palabras,
gracias tristán, humildemente, gracias.
RACHEL, ¿gracias, dices? Naaa. El que te dice gracias soy yo, por haber escrito ese poema.
;)
Sigámos desnudándonos, pues.
Tristán, Raquel, deliciosa trama tienen ustedes, felicidades. Ya tengo al limón en la cabeza, excelente.
No no. Pártelo.
Es en la boca, cerrando los ojos.
¡Ay, güey! (como expresión, no para insultar a nadie) ¡Cuánta malicia, cuánta madurez! ¡Cuánto acierto! Eso es tener puntería, y experiencia en limonazos. Voy corriendo a visitar el blog de Raquel.
Hola, Orfa,
Raquel es una mujer, una poeta y una amiga extraordinaria. No sé en cuál de las 3 cosas es más extraordinaria. Quizá quebrarme la cabeza pensando en ello es demasiado inútil. Nunca acabaría por decidirme. Se va la vida, pues. Por eso pongo las 3 cosas en el mismo saco, al mismo tiempo, con el mismo ritmo.
Thnks por venir. Hazlo cuando quieras.
Un gran abrazo y, de verdad, no dejes de visitarla.
;)
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