lunes, mayo 19, 2008

Pintando desiertos / R. Bernal

De Ricardo Bernal
En el fondo del corazón un relámpago sacude las rejas. Nosotros imaginamos signos, cifras, dragones cuadriculados. Cada noche, este laberinto de espinas es el espejo donde se miran las galaxias. Hormigas artificiales recorren el lienzo: pululan en las manos y sus andares trazan colores fosforescentes. Se pierde Saturno. Días después lo encuentran, ebrio, soñando sueños de agua en un lecho de cactus, cuarzos y plumas. Hay ebullición de planetas. Cada era geológica forma una ardua cáscara que cubre el sistema solar hasta convertirlo en un ejército de caracoles gigantescos. En el estudio del alquimista suenan las cacerolas, los pinceles ruedan debajo de los muebles y hay que usar las manos para modelar el barro primitivo; pues la vida, después de todo, es tan solo un rastro de madera roja desmoronándose en las huellas dactilares de los dioses.
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Aquí pago una deuda que El Pájaro tenía con los lectores del blog, que, después de publicar Tropos (hace ya un rato), pidieron un poema más del buen Ricardo. Gracias a este último por la colaboración. / La foto es de Rodulfo Gea.
Ricardo Bernal (Ciudad de México, 1962)