viernes, septiembre 30, 2011

Agua desatándose / L. Rosales

De Luis Rosales
El tiempo es un espejo en que te miras.
Tú ya has entrado en el espejo y andas
a ciegas dentro de él. Tú ya has entrado
en el espejo. Nada
te puede desnacer; ya eres viviente;
tu carne sucesiva y simultánea
es igual que un trapecio donde un pájaro
a pie, se maniata
dando vueltas y vueltas, procurando
sostenerse en su cuerpo;
                                  y en la barra
estén fijas sus manos mientras gira,
—abajo, arriba, abajo—
                                  hasta que al alba
vuelva a girar el cielo y ya no pueda
seguirse sosteniendo, y se le caigan
las manos, se le agrieten
las manos, se le abran
las manos temblorosas,
y al perder su sostén el cuerpo caiga
como agua desatándose,
                                  y empiece
la música en sus alas.
*
En una pequeña antología de poemas sobre espejos, El reflejo del ser, preparada por Begoña Pulido Herráez, hallo éste asomo a Rosales. / La foto la tomé del blog Huelvatecas, que a su vez la robó de no sé en dónde.
Luis Rosales (Granada, 1910 - Madrid, 1992)