viernes, abril 30, 2010

Arte poética / C. Montemayor

De Carlos Montemayor
Cuando mi hijo come fruta, o bebe agua, o se baña en un río,
sólo dice que come fruta, o bebe agua, o que se baña en el río.
Por eso ríe cuando leo mis poemas.
No comprende aún tantas palabras.
No comprende aún que las palabras no son las cosas.
Que en un poema quiero decir lo que nos rebasa a cada paso:
la ira entre quincenas y casas prestadas y ropas que envejecen;
la esperanza entre deudas y calles compartidas con días monótonos
y con mañanas cuya única dulzura es el agua que nos baña;
la honra entre empleos temporales y amigos deshonrados;
la rapiña entre diarios y oficinas públicas;
la vida que nos abre los brazos para tomar
a un lado la noche de las lluvias
y en otro los días de las desdichas.
Mas cierta vez, comiendo un persimonio de mi pueblo
dijo sin darse cuenta que sabía como a durazno y ciruela.
Porque desconocía esa fruta
no dijo lo que era, sino cómo era.
No comprende aún que así hablo yo,
que trato de comprender lo que desconozco
y que intento decirlo a pesar de todo,
como si ignorar fuese también una forma de comprender,
como si siempre recordara que la vida no es una frase, ni un nombre,
ni un verso que todos entienden.
Es, a mi modo, como decir,
que bebo agua, o como una fruta, o que me baño en un río.
*
Hace poco se fue este hombre, equivocado en algunos apectos, certero en muchos otros. Yo digo. Aquí un poema. / La foto, ignoro de quién. La tomé de Esmás.
Carlos Montemayor (Parral, México, 1947 - Ciudad de México, 2010)