miércoles, julio 09, 2008

Para llorar / V. Huidobro

De Vicente Huidobro
Es para llorar que buscamos nuestros ojos
Para sostener nuestras lágrimas allá arriba
En sus sobres nutridos de nuestros fantasmas
Es para llorar que apuntamos los fusiles sobre el día
Y sobre nuestra memoria de carne
Es para llorar que apreciamos nuestros huesos
y a la muerte sentada junto a la novia
Escondemos nuestra voz de todas las noches
Porque acarreamos la desgracia
Escondemos nuestras miradas bajo las alas de las piedras
Respiramos más suavemente que el cielo en el molino
Tenemos miedo
Nuestro cuerpo cruje en el silencio
Como el esqueleto en el aniversario de su muerte
Es para llorar que buscamos palabras en el corazón
En el fondo del viento que hincha nuestro pecho
En el milagro del viento lleno de nuestras palabras
La muerte está atornillada a la vida
Los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar
Las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada
Los rostros se alejan entre los pinos de la memoria
Y cuando el vacío está vacío bajo el aspecto irreparable
El viento abre los ojos de los ciegos
Es para llorar para llorar
Nadie comprende nuestros signos y gestos de largas raíces
Nadie comprende la paloma encerrada en nuestras palabras
Paloma de nube y de noche
De nube en nube y de noche en noche
Esperamos en la puerta el regreso de un suspiro
Miramos ese hueco en el aire en que se mueven los que
aún no han nacido
Ese hueco en que quedaron las miradas de los ciegos estatuarios
Es para poder llorar es para poder llorar
Porque las lágrimas deben llover sobre las mejillas de la tarde
Es para llorar que la vida es tan corta
Es para llorar que la vida es tan larga
El alma salta de nuestro cuerpo
Bebemos en la fuente que hace ver los ojos ausentes
La noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles
La noche llega a paso de montaña
Sobre el piano donde el árbol brota
Con sus mercancías y sus signos amargos
Con sus misterios que quisiera enterrar en el cielo
La ciudad cae en el saco de la noche
Desvestida de gloria y de prodigios
El mar abre y cierra su puerta
Es para llorar para llorar
Porque nuestras lágrimas no deben separarse del buen camino
Es para llorar que buscamos la cuna de la luz
Y la cabellera ardiente de la dicha
Es la noche de la nadadora que sabe transformarse en fantasma
Es para llorar que abandonamos los campos de las simientes
En donde el árbol viejo canta bajo la tempestad como
la estatua del mañana
Es para llorar que abrimos la mente a los climas de impaciencia
Y que no apagamos el fuego del cerebro
Es para llorar que la muerte es tan rápida
Es para llorar que la muerte es tan lenta
*
Es para llorar, de Vicente Huidobro, levanta las cortinas de nuestros ojos para dejar entrar la vida en ellos, siendo la vida: la anciana que teje en la banqueta, el lustra botas que pule con piedras, la dentista de las encías gastadas, el niño de los pantalones raídos, el granadero que alimenta a sus hijos. En este poema la sensibilidad de Huidobro desfila sobre las calles de granito que recorren las máquinas humanas en todas sus facetas. Quizá sea una de las obras más profundas del autor chileno, quien en vida, logró un lugar privilegiado entre los poetas franceses. / Emmanuel Brío. / La foto, sabe de quién sea.
Vicente Huidobro (Santiago de Chile, 1893 - Cartagena, Chile, 1948)

sábado, julio 05, 2008

Pero llueve... / A. Ayala Ochoa

De Armando Ayala Ochoa
Pero llueve
y un periódico sepia sirve de navío
y te quiero más decías
y no sé qué interrogación espléndida
pregunta la hora
y mimetiza las palabras pocas
los rasguños
pero llueve
y en el líquido arroyo
un tirón de balsas
nos deshace
y nos deja sumidos
en la nuca de voces y almohadas
y los lunes parpadean
y se alinean mejor los astros
pero llueve
a pesar del sol
y sus estrellas
a pesar de los lirios
en nuestra magnífica
ciudad de cartulina
siempre llueve
De Líquido semántico (2008)
Líquido semántico, del buen Armando, se presenta el 17 de julio, a las 7 de la nit, en el Museo Mural Diego Rivera. Ojalá se den su vuelta, que el libro es ampliamente recomendable. Presentan el autor, Sergio Santiago Madariaga, Patricia Monge y el tal Tristán. / Foto rolada por AAO.

Armando Ayala Ochoa (Ciudad de México, 1972)