lunes, mayo 28, 2007

Nathalie / E. Lihn

De Enrique Lihn
.....Estuvimos a punto de ejecutar un trabajo perfecto,
Nathalie, en una casa de piedra de Provenza.
Dirás ahora que todo estuvo mal desde el principio
.....pero lo cierto es que exhumamos, como por arte de magia,
todos, increíblemente todos los restos del amor
y en lo que a mí respecta hasta su aliento mismo:
el ramillete de flores de lavanda.
.....Es cierto: nuestras buenas intenciones fracasaron,
.....nuestros proyectos se redujeron al polvo del camino
entre la casa de Lulú y la tuya.
No se podía ir más lejos con los niños
que además se orinaron en nuestro experimento;
pero aprendí a Michaux en tu casa, Nathalie; una
.....vociferación que me faltaba,
un dolor, otra vez, incalculable
para el cual las palabras no tienen gusto a nada.

.....Vuelvo a París con el cuaderno vacío,
tu trasero en lugar de mi cabeza,
tus piernas prodigiosas en lugar de mis brazos,
el corazón en la boca no sé si de tu estómago o del mío.
Todo lo intercambiamos, devorándonos: órganos y
.....memorias, accidentes del esfuerzo por calarnos a fondo,
Nathalie, por fundirnos en una sola pulpa.

.....Creer en dios; sólo me falta esto
y completar, rumiando, el ciclo de la baba,
a lo largo de Francia.
Pero sí, trabajamos duramente
hombro con hombro, ombligo contra ombligo
y estuvimos a punto de sumergirnos en Rilke.

.....No hemos perdido nada:
este dolor era todo lo que podía esperarse;
sólo me falta aullarlo en el momento oportuno,
.....mi viejecilla, mi avispa, mi madre de
.....dos hijos casi míos, mi vientre.

"Va faire dodo Alexandre. Va faire dodo Gérome."
.....Ah, qué alivio para ellos
el flujo de la baba de la conciliación. Toda otra
.....forma de culto es una mierda.
Me hago literatura.
Este poema es todo lo que podía esperarse
después de semejante trabajo, Nathalie.
De Poesía de paso (1966)
Siempre he tendido a pensar en la poesía —por encima, incluso, de su valor propio y de sus aciertos intransferibles— como un campo de cultivo, de ejercitación de los instintos creadores, cuyo embotamiento dañaría al hombre entero en cada uno de sus órganos de expresión o de conocimiento. (EL)
Enrique Lihn (Santiago de Chile, 1929-1988 )

domingo, mayo 06, 2007

La mano / L. Benítez

De Luis Benítez

Esta mano que tiendo
y que te aguarda
es otro vano prodigio,
otro milagro inútil
de la serie infinita
que nos rodea en silencio.
En la mañana que ha dejado
atrás las dos vigilias,
la del insomnio y la del sueño,
que también es posible,
la contemplo a veces con ese solo asombro
que reservamos para lo extraño.
Ha viajado conmigo toda la noche.
Quizá, no lo recuerdo, ha palpado
cosas que no tienen forma.
A su tacto se han abierto
puertas y se han opuesto muros
que tal vez no existen.
Ha temblado de frío o ha sudado
bajo climas que no cambian. Posiblemente
ha sido cortada, como en una noche
de 1676, y permanece intacta.
Ha de viajar conmigo por todo el día.
Es mi remedo: hará girar cerraduras,
tocará lo que ha sido tocado y tocarán los otros.
Todo es un infinito pasamanos.
Aceptará la alevosa amistad e intentará
disuadir las amenazas, que no son otra cosa
que equívocos de amor entre los hombres.
Y no desdeño que las horas de luz
la obliguen a papeles menores:
encender un cigarrillo o dejar
la humillación de la limosna
son parte del misterio donde actúa la mano.
Como yo, mi mano es algo que está
en el mundo para aceptarlo todo.
Ahora, que en la tarde,
cuando contemplo lo que escribe
estas voces sin el honor de algunas precisiones,
oscuramente comprendo
jirones de su metáfora. Como un libro sagrado,
celosamente guardado por el enigma de su lengua,
se ha desgajado otra día
por el paso de la mano.

*

La sobriedad lexical y el vuelo impío de sus indagaciones (las de Benítez, of course) no nos hablan de un poeta oscuro, sino más bien de un creador de silencios que cantan los destellos del universo y el resplandor del vacío. / Alejandro Elissagaray.

Luis Benítez (Buenos Aires, 1956)